jueves, 22 de mayo de 2008

MONEDA DE CAMBIO

Hoy quiero comenzar diciendo que los trabajadores no seriamos nada sin las centrales sindicales y que no hay que hablar de la revolución industrial, ni de la semana de 7 días y todas las horas, ni tampoco de cuando el trabajo era castigo y esclavitud.
Hoy también son necesarias, y personalmente yo conozco algunos afiliados, que hacen su labor con inteligencia y con las ideas claras de lo que se demanda a un sindicato, ahora mismo estoy pensando en un compañero-amigo, que creo que sin decirme nada, ha hecho mucho por mejorar la vida laboral de algunas personas y hacerla más justa, pero quiero protestar por esa regla de juego aceptada en la que la negociación de cualquier tema entre patronal y trabajadores pasa por el marketing vacio con la sola intención de ponerse medallas, porque de estas dependen los próximos votos y las situaciones personales de algunos sindicalistas y en esta "pelea" pagan justos por pecadores y no se mejora mucho.
Si hay que ir a por el Pez gordo, vayamos de una vez, es hora ya de dejar alguna hipocresia, de frente a veces, se defiende uno mucho mejor.
Pero a pesar de todo, siempre, siempre, es mejor que existan y que luchen, porque sin ellos el mundo laboral solo se movería en un sentido y desde luego no serviría para aportar felicidad.

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